19 marzo 2009

Sueño nocturno

¿Alguna vez te ha pasado que de repente te haces consciente de la muerte? Ya ves que te conté que el otro día estaba negociando con mi mamá qué haría cuando mis gatas pasaran a mejor vida. También hice un trámite para corregir mi acta de nacimiento, para que en caso de que algo le pasara a mi papá, yo tuviera todo en orden.

Pues anoche soñé que recibía una llamada y me decían que mi seguro no podía proceder porque me quedaba poco tiempo de vida. Estaba llegando a la playa con mis papás y no les dije nada, ¿de qué serviría decir algo?

Caminaba por la playa ya oscureciendo y tú te acercaste, como si fuera de lo más casual que estuvieras ahí. Me dio tanto gusto verte. Nos bañamos en el mar oscuro y aunque me daba algo de miedo, no me importaba, porque tú estabas conmigo, abrazándome. Conversábamos y nos mirábamos, se sentía tan bien tu piel junto a la mía.

Salimos y me llevaste de la mano para meternos por una puerta. Era un cine y la función había comenzado. Mi temor inicial era que estábamos entrando sin pagar, pero tú sólo me miraste y con eso me bastó. ¿Qué importaba al fin y al cabo? Nos sentamos en el primer lugar desocupado para disimular nuestra irrupción. Las butacas estaban achocadas. Mejor, así podía tenerte abrazada, con tu cabeza en mi hombro para ver la película.

Ni siquiera podía poner atención, la película estaba llena de incoherencias, conversábamos entre nosotras y conversábamos también con la gente alrededor.

Nada importaba, no había después, no había preocupaciones, ni siquiera recordaba ya que pronto moriría. Lo único que importaba era que tú estabas conmigo.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Dime lo que sientes, dímelo otra vez ♪ Déjame escucharte, déjame creer