¿Ya ven eso que dicen de que la felicidad llega de donde menos te la esperas?
Empiezo a pensar que la felicidad anda gestándose por ahí, que siempre está en potencia y que de repente irrumpe de manera espontánea frente a tus ojos. Y te das cuenta de que no es una cuestión de planeación, de lucha, de oportunidad o de ponerte en una situación. Simplemente sucede.
Curioso es cuando esperabas algo tanto, tanto, algo que pensabas que te haría feliz... y cuando se acerca a ti, descubres con sorpresa que no eres feliz.
Es sólo un deseo engarrotado que, a fuerza de aferrarte, se grabó en tu mente como la idealización de tu felicidad.
¿Qué se hace para alcanzar la felicidad? Aparentemente no mucho. El destino puja más fuerte.
asi es.. y cuesta trabajo darse cuenta que no es una persona, o un objeto, o un puesto en el trabajo, o una calificación lo que te da la felicidad..
ResponderBorraryo aún no lo descubro, a pesar de estar consiente de la realidad.