20 octubre 2008

El deseo de la playa


Hay días en los que voy manejando hacia el trabajo y siempre en la misma calle, cuando ya estoy cerca de la oficina, una pregunta salta entre mis pensamientos: ¿Y si en lugar de ir al trabajo me siguiera hasta la playa?

Hoy regresé a la oficina después de casi una semana de ausencia por enfermedad. Como cada vez que regreso, me dediqué a ver cuáles eran los pendientes, en qué estado estaban, qué hacía falta y esas cosas.

No había ni terminado de sentarme en el escritorio cuando me dijeron:

- Van a grabar un publirreportaje en tal lugar, el cliente no sabe nada del guión y quiere que alguien supervise a los que van a grabar. Tienes que irte ahorita para allá.

Tomé mi coche y me dirigí a la carretera. Primero me dio ansiedad de saber que volvería a la carretera a Progreso, pero luego conforme iba avanzando recordé mi deseo de seguir hasta la playa.

¿Y si me quedara aquí? ¿Y si rentara una casa para vivir en la playa? ¿Y si pusiera un negocito y dejara mi trabajo?

Es curioso, pero cuanto más sola me siento, más deseos tengo de alejarme de todo.

Pasé toda la mañana entre la playa y la carretera. Fue bueno, tengo que hacerlo más seguido.

2 comentarios:

Dime lo que sientes, dímelo otra vez ♪ Déjame escucharte, déjame creer