Grrrr, grrrr!!!

Advertencia: post altamente corrosivo, lea bajo su propio riesgo.

Por tercera ocasión, mi hermano armó una fiesta al pie de mi ventana y no me deja dormir. Yo tenía propósitos altamente constructivos de levantarme temprano mañana -ojo: hoy es jueves-, ir a caminar y llegar temprano al trabajo pero ¿a mi hermano qué le importa?

Un kilo de verga, al igual que a mí cuando les aventé un chorro de agua, después de que le pedí le bajara dos rayitas a su emoción y él se burlara de mí con más escándalo.

Claro, ahora no puedo dormirme. Traté de ponerme musiquita en audífonos para dejar de oír sus risotadas estúpidas, pero ya estoy alterada, para nada puedo dormirme, con todo y que tomé unos traguitos del torito de cajeta que me envió la Lencha para Navidad.

Y por supuesto, estoy comiendo mierda porque ya estoy previendo sus reclamos mañana, en los que obviamente yo figuraré como la egoísta, mal pedo, amargada que no aguanta nada. Sí, ¡roaaar, roaaar! Estoy furiosa como una fiera.

Odio los chiclés que hay acerca de las lesbianas, pero me gustaría que reflexionaran que si no nos hicieran tantas pendejadas, éstas cosas no pasarían. Si están pensando que otras viejas no reaccionarían así y serían más buena onda, yo les respondería que por culpa de esas viejas sumisas, los demás creen que tenemos que aguantarles sus pendejadas sin chistar. Sí claro, aviéntame la mierda mientras sonrío agradecida.

Si están pensando: uuhh es mujeeeeer, las hormoooonas no la dejan pensaaaar, seguro le va a bajaaaar, les recomiendo ponerse a leer un libro o a hacer algo para acrecentar su limitado conocimiento de la vida.

Les recuerdo que la testosterona también es una hormona y que es responsable de pendejadas de grandes ligas como: la mayoría de los cuernos, las enfermedades venéreas y -en muchos casos- estupidez crónica.

No me lleven la contraria ni me discutan porque no los voy a pelar: tengo ganas de ser irracional, intransigente y desconsiderada... quiero ver qué se siente ser como mi hermano.

***ACTUALIZACIÓN***

Me enteré que a la única que mojé fue a mi cuñada. Me dio pena con ella porque la aprecio. También resulta que asistieron a la reunión unos gringos... ya me imagino la bonita impresión que les habré dejado en nombre de todos los mexicanos.